El personaje Mirar a Vladimir Putin es como mirar una incógnita. ¿Qué pensará? ¿Qué sentirá? ¿Cara de póker? ¿Será difícil negociar o mediar con él? Un rostro fijo…. No suele mostrar expresión o emoción. Imperturbable, gélido, totalmente controlado. Una mirada de iceberg. Si no estás en su lista de amigos no transmite, no conecta[1]. Vladimir Vladimírovich PutinSigue leyendo «Putin y la masculinidad hegemónica»